Basquet Caliente

El continente a sus pies

Eslovenia se consagró campeón del Eurobasket derrotando 93-85 a Serbia, en una final que dominó a partir del segundo cuarto con un Goran Dragic soberbio, terminando como MVP del torneo.

Por Santiago Rodríguez (Desde Estambul)

La película del Eurobasket no podía tener un mejor final que el que tuvo, con Eslovenia coronándose campeona frente a Serbia, imponiendo el juego que lo llevó a ser el único invicto del torneo.

Eslovenia volvió a hacer gala del básquetbol moderno, rompiendo los paradigmas actuales para jugar a un ritmo altísimo, mostrando una eficiencia acalambrante, pero sin perder orden en el juego, promediando más de 90 puntos por partido.

Yendo a los 40´ de excelente básquet, Serbia comenzó leyendo excelente el juego, sabiendo que la ventaja la tenía en el juego interior y allí cargó. Primero con Kuzmic y posteriormente con Marjanovic, cumplía al pie de la letra con el libreto establecido, llegando a tener alguna pequeña ventaja.

Kokoskov sorprendió en el quinteto inicial con Muric, buscando hacerse más fuerte defensivamente, sobre todo en la carga de rebotes, pero su habitual juego ofensivo a partir de un pick central, fue neutralizado por una buena defensa de cambio del rival.

A partir del segundo cuarto todo fue de Eslovenia, comenzó a controlar su propio rebote, aprovechándose de que Serbia equivocó los caminos, para  encontrar puntos de contraataque tanto con Doncic como Dragic empujando en cada transición.

El ingreso de Prepelic fue clave, castigando contantemente las ayudas y permitiendo que Dragic pueda jugar desde el 1 x 1, siendo realmente letal, terminando con 26 puntos el primer tiempo, para que Eslovenia cierre 56-47 arriba la primera parte.

Los actores de reparto

 En el complemento Serbia volvió al juego, no abusó tanto del tiro exterior, jugando más interno y mejoró defensivamente, con buenos minutos de Lucic, Micic, Bircevic y Guduric, para descontar a solo 4 unidades la desventaja de cara al último período.

Eslovenia sufrió la salida de Luka Doncic, que se torció el tobillo izquierdo y no pudo regresar, recayendo demasiado la generación de juego en Dragic y perdiendo a quien hasta ese momento era el rebotero más importante del equipo.

Para el último cuarto Serbia retomó la senda y le jugó posteado a Macvan, siendo fundamental la tarea de Micic en la referencia de un Dragic ya extenuado, logrando pasar a ganar 82-80 a pocos minutos del cierre. A la salida de Doncic se sumó la de Dragic, sensiblemente sentido, en una decisión difícil para Kokoskov, que optó por dejarlo en la banca a pesar de la importancia de quien a la postre fuera el MVP.

Pero ante las adversidades el libreto estaba bien aprendido, Prepelic tomó la responsabilidad ofensiva y no falló, mientras que Gasper Vidmar fue una muralla, para colocar un 12-0 fundamental en los instantes finales y lograr que Eslovenia se termine quedando con el título, sumamente festejado por los 6000 eslovenos que invadieron el Sinan Erdem Arena.

Goran Dragic terminó como goleador del partido con 35 unidades, seguido por Klemen Prepelic con 21. Por el lado serbio, Bogdan Bogdanovic cerró su planilla con 22 puntos y Milan Macvan con 18.

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