Basquet Caliente

Uruguayas en el exterior: Anna Lua Döring

Hija de madre uruguaya y padre alemán, Anna Lua Döring Speranza nació en Montevideo, pero a los tres años se fue a vivir a Madrid porque su madre consiguió un buen trabajo allá. Cuando tenía 16 se mudó con su padre a Alemania, y su madre se fue a vivir a Australia con su padrastro y su hermana que hoy tiene 9 años. BC conversó con la interna de la selección mayor sobre su vida, el sueño que está viviendo al jugar en Estados Unidos a sus 21 años, y sus objetivos a futuro.

“Empecé a jugar al basquetbol en la escuela a los 6 años, después de haber probado muchos deportes, y como siempre fui de las más altas uno de mis profesores me dijo para probar en la escuelita de básquet del Real Madrid. Desde ahí arranqué a jugar en el colegio y seguí en el Estudiantes. El último año que viví en Madrid me cambié al C.R.E.F Hola, y después ya me fui a Alemania donde viví en un internado de basket de la federación alemana. Ahí fui mejorando, y llegué a entrenar con equipo de la segunda Bundesliga. Cuando me gradué en 2016 decidí vivir 6 meses en Uruguay, y ahí jugué en Malvín. Tuve la chance de ir a jugar la Liga Argentina pero no podía por la beca que conseguí, así que la tuve que rechazar por esta vez. Me resulta curioso que en todos los países en donde jugué salí campeona, espero poder lograrlo también acá en EEUU”.

Anna Lua consiguió una beca para estudiar a partir de enero de este año en la Central Methodist University de la ciudad de Fayette, Missouri. Al preguntarle en qué liga compiten, explica “la universidad es privada, y por lo tanto compite en la liga NAIA División I, que es del mismo nivel que la NCAA pero para universidades privadas. La liga está organizada en conferencias donde se agrupan las universidades cercanas, y luego los 32 mejor clasificados juegan la etapa nacional, donde jugás contra los mejores equipos del país. Cuando yo llegué mi equipo (las CMU Eagles) clasificó a la etapa nacional y ganamos el primer cruce entrando en el top 16, algo que la universidad no conseguía hacía muchos años.”

“Desde el principio me impresionó la intensidad que le ponen a cada entrenamiento. Yo hice una muy buena preparación antes de venir, pero igual fue un cambio muy grande y me tuve que adaptar. Cuando nos estábamos preparando para jugar el nacional, empezábamos a entrenar a las 6 de la mañana, y me tenía que levantar 4:45 para llegar una hora antes, porque en todas las prácticas entramos media hora antes a la cancha a entrar en calor y tirar”.

Sobre cómo consiguió la oportunidad de jugar en EEUU, contó “me moví por distintos lados, pero quien más me ayudó fue el entrenador brasilero que conoce Fer (Midaglia), me pasaron el contacto y le mandé videos highlights de mis jugadas en distintos partidos que yo tenía filmados de Alemania, de la selección y de Uruguay. Después él los mandó a varios contactos en EEUU y tuve varias ofertas que consideré, y me pareció que ésta era la mejor.”

En cuanto a la carrera que está cursando, agregó “estoy estudiando sports management (gerencia deportiva), y quiero hacer un complemento de psicología deportiva. Empecé a principio de año, ahora voy a cursar el segundo semestre y me quedan 3 años más. Cuando termine espero poder jugar profesional en algún lado, la propuesta de Argentina me dejó con muchas ganas de empezar por ahí.”

Al preguntarle si le costó irse a vivir a EEUU, dijo “desde chiquita, mi sueño fue venir a jugar al básquet a una universidad en Estados Unidos. Ahora que estoy acá me doy cuenta que es el primer país donde todo es nuevo para mí, porque incluso cuando me fui a Uruguay yo tenía familia allá, mis abuelos, tíos, y conocía la cultura y las costumbres. Acá todo es diferente, la cultura, la gente, las tradiciones, hasta la forma de jugar al básquet. Al principio tenía muchísimas expectativas y todo me parecía fascinante, el gimnasio, los vestuarios, la infraestructura de la universidad, la ropa y la comida que te dan, todo. Ahora me acostumbré, pero cuando mando fotos y hago cuentos a la gente de allá, siempre recuerdo que lo que estoy viviendo es algo único.”

“Lo que más me costó al principio fue acostumbrarme a la forma de ser de los estadounidenses. El humor que tienen ellos es particular y al principio cuesta relacionarse, y si bien yo domino el inglés perfectamente, pero todavía no lo hablo como una lengua materna y no tengo la misma fluidez que al hablar español. La comida es distinta, yo vivo en el campus y tengo que comer en la cafetería. Sé que para ser una cafetería de universidad ésta es muy buena, pero igual extraño cosas como el pan alemán o la carne uruguaya. Nunca fui de comer comida rápida, y comer sano acá es muy caro.”

Al hablar de las cosas que le gustan del lugar en donde está, dijo “una de las cosas que me gusta es la gran cultura de trabajo que tienen. Ellos creen que si querés algo y trabajás mucho por eso, seguro lo vas a conseguir. Y acá son muy abiertos a los extranjeros, todos nos reciben muy bien y nos invitan a hacer actividades, nos quieren enseñar mucho. Me llevaron al estadio de béisbol, me quieren llevar a un parque de atracciones, y también a ver futbol americano. A mi me cambiaron la forma de ver las cosas, porque todo el mundo sabe lo del sueño americano pero verlo en persona es algo que me sorprendió mucho.”

Con respecto a las cosas que más extraña, manifestó “lo que más extraño de Uruguay es disfrutar de las cosas simples, por ejemplo de ir a la rambla a tomar unos mates, y la calidez del uruguayo que siempre está dispuesto ser amable con los demás. De Alemania extraño más que nada a mi familia, se hace difícil tener una hermana de 9 años y no estar ahí mientras ella crece y en esta etapa importante de su vida. Me pierdo cumpleaños, y fechas importantes, días especiales para estar con ellos. Esta va a ser la primera navidad que voy a pasar lejos de mi familia. Pero esto también me hace valorar cada momento que puedo estar con ellos en las vacaciones, y disfruto de ver lo orgullosos que están de mí y de todo lo que he conseguido.”

En cuanto a qué es lo que más le gusta hacer en EEUU, contó “cuando tengo un tiempo libre me gusta ir con amigos que tienen auto a conocer alguna ciudad cercana, ir a ver béisbol, o también futbol americano que aún no he ido pero lo voy a hacer, que me lleven a los lagos y andar en barco, o también me van a llevar a un concierto de música country. Estoy intentando acoplarme a la cultura americana y conocerlos más. Desde el principio tuve amigos latinoamericanos y también varios españoles, con ellos disfrutamos de escuchar música latina o comer comida tradicional nuestra, les pongo cumbia y les encanta, me gusta disfrutar con ellos también.”

Al pedirle que cuente una anécdota, dijo “cuando llegué me hice bastantes amigos de todos lados del mundo, y teníamos nuestro primer partido de local. Era la primera semana de clases, así que recién estábamos conociéndonos, pero les dije a mis amigos que pasaran a ver el partido. En el momento que me tocó entrar, salí corriendo para el banco y cuando me paré, todos empezaron a gritar y festejar que yo entraba, eran como 20. Me hicieron sonreír y casi se me caían las lágrimas, y mis entrenadores se miraron entre ellos y no podían creer que apenas llegué y ya tenía toda esa gente acompañándome. Tener el primer partido en casa así fue algo increíble.”

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