Basquet Caliente

¿Quién paga la fiesta?

En rimbombante conferencia de prensa la FUBB anunció, el día 6 de julio, los jugadores convocados para la selección nacional, su cuerpo técnico, cronograma de partidos preparatorios y competencias a disputar. Todo supuestamente muy estimulante y alentador. Pero como ya es habitual en la Federación le faltó una muy importante pata de la mesa: no explicó cuánto saldría todo este proceso, cómo se pagaría y de dónde saldrían esos recursos.

Por Gustavo Pulleiro

Soy consciente que hablar de estas cosas quizás no sea políticamente correcto, y quizás, erróneamente, se interprete como una falta de apoyo a la selección. Pero si escuchamos a los dirigentes de los clubes existe una consenso generalizado de las dificultades económicas a las que se están enfrentando estos últimos tiempos. Entre otras cosas las instituciones participantes en la Liga deberán pagar a partir de su próxima edición los aportes del BPS por los valores reales de contratación y no por los fictos como se venía haciendo. La inflación ha elevado los valores de los jugadores y el costo del mantenimiento de sus respectivos gimnasios, y de los partidos, crecen a un ritmo que se hace muy pesado costear. Los sponsors y mecenas atraviesan dificultades económicas que se reflejan en los aportes que puedan hacer a los clubes deportivos.

Y dentro de este contexto resulta curioso ver cómo la Federación cada vez más incrementa los costos de su funcionamiento. Gerentes nuevos, mayor cantidad de empleados, un centro de entrenamiento, un cuerpo estable y extenso de selecciones nacionales, etc. etc. Giras, viajes de dirigentes, organización de torneos, todo deviene en una Federación cada vez más rica con clubes cada vez más pobres.

Los clubes son conscientes de lo difícil que resulta atender todos los meses el valor de la electricidad, la limpieza, el agua caliente, el personal, las reparaciones de las cosas que se rompen y deterioran en las estructuras deportivas. Y si bien es muy loable el CEFUBB ¿no deberían los neutrales informar cuánto sale su funcionamiento y pedir autorización al Consejo Superior (con la participación de los clubes que lo integran) para disponer de los fondos necesarios para su mantenimiento? ¿No deberían los clubes dar su consentimiento a estos gastos que afectan en forma directa a sus propias economías?

¿Cuánto sale el cuerpo estable de las selecciones nacionales? Llama la atención no sólo por lo extenso del mismo sino que al trabajar todo el año deben generar actividades, viajes, amistosos, visitas, que justifiquen su contratación con el consiguiente incremento de los gastos. ¿Quién lo paga? ¿De dónde salen los fondos?

Hace unas semanas atrás, con motivo de su fallecimiento, se recordaba lo que el entrenador italiano Mario de Sisti decía una y otra vez: «La Selección debe preparar sus jugadores para armar un equipo para disputar un torneo, no puede ser el lugar para enseñarles fundamentos».  Personalmente estuve todo el tiempo con Mario, coordiné su llegada y su agenda mientras estuvo en Uruguay, y siempre enfatizó que la Federación debe ayudar a los clubes para que sean estos los que capaciten, fundamenten y generen jugadores de nivel. Como sostiene FIBA una excelente competencia interna, con la consiguiente superación de los clubes, es lo que permite tener buenas selecciones nacionales. No es al revés.

Horacio «Tato» López cuenta en un artículo de prensa la anécdota de cuando se encontró en 1985 con León Najnudel y éste le dijo: «empieza la Liga Argentina. Vas a ver los jugadores que en unos años vamos a tener. No te lo podés imaginar. Yo he visto a los europeos, a los gringos, a todos. El talento que hay en nuestros países no lo encontrás en todas partes. Cuando les demos condiciones para desarrollarse vas a ver los jugadores que van a aparecer!» Y el resultado fue la generación dorada. Una competencia interna, bien coordinada, con instituciones que la apoyen, con infraestructuras en los clubes adecuadas a la alta competencia, con entrenadores cada vez más capacitados y dedicados en cada club, daría como resultado un mejoramiento de las condiciones de los jugadores. No aislando a aquellos que mostraran buenas condiciones, sino dejándoles donde tienen que estar, sus clubes de nacimiento, pero con un sustantivo crecimiento de la competencia y condiciones de desarrollo adecuados.

Es decir que la Federación debe generar recursos para ayudar a que los clubes puedan cada vez más tener mejores entrenadores, más infraestructura, mejores condiciones de entrenamiento, más y mejor competencia, respiro económico y no que sean los clubes los que financien a la Federación para desarrollar acciones cortoplacistas y que redunden en un supuesto beneficio personal de sus dirigentes.

La Selección Uruguaya disputó el Torneo de las Américas en República Dominicana en el año 2005. El equipo mostró un muy buen rendimiento deportivo lo que, entre otras cosas, implicó que Batista tuviera dos ofertas de equipos de la NBA, incorporándose a posteriori a Atlanta Hawks. Al retorno presentó en una reunión del Consejo Superior la correspondiente rendición de cuentas de todo el proceso, incluyendo los viáticos, costo de viajes, comidas, remedios, lavandería y todos los detalles que atañe al proyecto, por un total de us$85.000 dólares. Esto parecía lo más obvio, pero nunca se había hecho y no se hizo nunca más. Un principio de ética y profesionalismo determina que el administrador deba rendir cuentas de lo que administra. Es perogrullesco, y estaría bueno que así lo hiciera la Federación.

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