Imposible describir con palabras lo que vivió el hincha de Aguada a lo largo de los 40 minutos de juego ante Pinheiros. Mezcla de enojo, calentura, amargura, impotencia, esperanza, emoción, delirio y explosión. El rojiverde perdía por 18 en el primer cuarto y la clasificación estaba tan lejana como el rival.
Defendió, hizo que la gente se contagiara y sobre el cierre dio el golpe final. Ese triple de Demian Álvarez se festejó tanto como el de Gonzalo Iglesias en México el año pasado y un poco menos que el de Pablo Morales en las semifinales de la Liga Sudamericana 2014.
De todas formas como lo dicen los hinchas y como ayer los hicieron saber «con orgullo y valentía», así ganó Aguada y quedó a un paso de las semifinales.
GALERÍA MARCOS FEREIRA