En nuestra anterior publicación abordamos los modelos de gestión y para que hubiese un orden en su presentación, definimos claramente al modelo en dos etapas:
- Filosófica
- Funcional
Vimos todo lo inherente a la disposición y filosofía que requiere el primer paso de todo modelo.
Hoy trabajaremos sobre el modelo funcional, un paso inmediato y necesario para definir el proyecto de institución que esperamos y buscamos. Generalmente en nuestro deporte se habla de:
- “inyección económica”
- “gerenciamiento”
- “financiamiento”
No obstante, la pregunta inicial debe ser: ¿Cuál es el modelo que va a soportar todos estos ítems?
Porque sin lugar a dudas, debe existir un paraguas estratégico que de cobijo a estos conceptos y esa cobertura no es otra cosa que el MODELO DE GESTIÓN
¿Por qué es un error hablar de “inyecciones económicas, financiamientos o gerenciamientos”?
Porque cuando se consigue una línea de crédito y ésta es para salvar el pasivo inmediato o los acreedores innegociables, es dinero que solo cubrirá la necesidad del “ahora”, pero no encajará en ningún modelo de gestión funcional.
Ahí está la falencia y la carencia del proceso, que el fondeo solo sea una simple pantalla para superar las exigencias presentes. Este accionar hace ineficiente e imposible de sostener a cualquier modelo por un principio básico, esos fondos frescos deben ser la plataforma de despegue inicial del modelo a implementar.
La generación de un plan proyectado hacia un modelo, debe estar basado en:
- un análisis financiero económico de la institución,
- una proyección institucional con un plazo mínimo de un año
- un programa de estrategias que le permitan a ese club acceder a fondos propios.
En el plan también se deben contemplar los acreedores y los pasivos. Pero mientras solo esperemos fondos para cubrir lo pasado y no para proyectar el futuro, las instituciones deportivas van por caminos muy sinuosos con destinos harto complejos.
¿Cuántas instituciones deportivas realizan un FODA anualmente?
Prácticamente ninguna.
Definir las fortalezas y las debilidades, como ya lo hemos visto, permite iniciar el proceso de pautar los objetivos, los cuales pasarían por:
- sostener esas fortalezas
- trabajar las debilidades
- ir pautando las oportunidades como los objetivos de desarrollo
- visualizar las amenazas y así crear objetivos que oficien de escudos.
Una vez hecho ese análisis, podemos trabajar el plan de acción que nos permita iniciar el modelo y que se grafica en la figura siguiente:
El Análisis Zonal Como principio, es fundamental delinear los límites geográficos de la Institución. Se debe observar, analizar, revisar todo el entorno de influencia donde está ubicada y entender la comunidad que le rodea.
Análisis de nuestro servicio. El servicio no necesariamente se limita a un club que brinda servicios deportivos. El tener socios, programar partidos e interactuar con las personas en la sociedad, ya implica analizar y revisar nuestro servicio.
Estos dos procesos analíticos nos permitirán saber el posicionamiento que tenemos y los segmentos que influyen en nuestro entorno. De esa manera, estamos en condiciones de plantearnos el FODA que luego nos llevará a la generación de los objetivos.
La formulación de los objetivos pasa por desarrollar a la Institución.
Sostener lo que es positivo y revertir lo negativo pueden ser acciones también de desarrollo que se complementarán con la captación de oportunidades. Cuando procesamos este plan, y definimos los objetivos de esta forma, estamos diferenciando entre objetivo y deseo.